Freire (19 de septiembre de 1921, Recife, Pernambuco, Brasil; 2 de mayo de 1997, São Paulo, Estado de São Paulo, Brasil) en el libro
Pedagogía del oprimido sostiene que la educación consiste en un acto de amor y
coraje; es una práctica de la libertad dirigida hacia la realidad, a la que no
teme; más bien busca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal que
sustenta una pedagogía en la que el individuo aprenda a cultivarse a través de
situaciones de la vida cotidiana que él vive, misma que aporta experiencias
útiles para generar situaciones de aprendizaje, no se trata de una pedagogía
para el oprimido, por el contrario, de él; el sujeto debe construir su realidad
a través de las circunstancias que generan el devenir cotidiano, el individuo
debe reflexionar y analizar el mundo en
que vive, pero no para adaptarse a él, sino para reformarlo.
Freire habla de una
pedagogía liberadora en donde el método deja de ser instrumento del educador
con el cual manipula a los educandos porque se transforman en la propia
conciencia, el método de aprendizaje no es simplemente de reproducir las
palabras ya existentes, sino que éstas se crean y le permiten hacer conciencia
de la realidad para luchar por su emancipación.
El individuo que reflexiona se va formando a sí mismo en su
interior y crea su conciencia de lucha por transformar la realidad y liberarse
de la opresión que lo ha insertado la pedagogía que tradicionalmente hemos
considerado, de la misma manera, cuando se adquiere una forma nueva de pensar,
su concepción del status social que guarda contribuye a modificarlo, pero no es
necesariamente una concepción materialista sino cognitiva.
La propuesta de Freire implica dos momentos distintos de manera
progresiva: la primera se refiere a tomar conciencia de la realidad que el
individuo vive, como ser oprimido sujeto a las determinaciones que los
opresores imponen; la segunda, es la iniciativa de los oprimidos para luchar y
liberarse frente a los opresores, es decir, él no considera que la situación
vivida se quede en la simple toma de conciencia de la realidad, por el
contrario el individuo tiene la necesidad de combatir contra ese status que lo
priva.
La violencia de los opresores convierte a
los oprimidos en hombres a quienes se les prohíbe ser, y la respuesta de éstos
a la violencia es el anhelo de búsqueda del derecho a ser, pero solamente los
oprimidos podrán liberar a los opresores a través de su propia liberación, los
oprimidos deben luchar como hombres y no como objetos, este es el
descubrimiento con el que deben superar las estructuras impuestas por la
oposición.
Paulo
Freire pretende que el individuo se forme, no formarlo, para ello propone que
las situaciones de aprendizaje emanen de las vivencias que constantemente
enfrenta en su cotidianeidad, eludiendo las experiencias artificiales en las
que suela caer la educación actual, por el contrario propone problematizar su
vida para que se dé cuenta que requiere y puede alcanzar un status distinto.
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